QUIEN QUIERA SER PRIMERO QUE SEA EL ÚLTIMO



ACECHEMOS AL JUSTO
Semana XXV del Tiempo Ordinario (B-2012)


Acabar con el justo, con las voces de los que denuncian la injusticia es algo que siempre ha escandalizado, los poderes de este mundo no quieren interferencias, no quiere que nada ni nadie desmantele sus planes, un plan que es la supremacía del hombre es su nueva ética y la eliminación de Dios y del concepto de pecado, en definitiva estamos ante una perversión de la conciencia para aspirar a bienes y poderes superiores para el hombre.
Por eso hay que acallar a quien denuncia y anuncia otra forma de hacer las cosas, aquel o aquellos que anuncian la única forma de hacer las cosas, que es estar atento a la voluntad de Dios, y es más, el despotismo y la burla hacia Dios llega de la mano del perdón y  la misericordia de Dios. "Hagamos lo que queramos que luego ya se nos perdonará, o acechemos al justo, matémosle, y se existe ese Dios ya lo salvará, y sino mala suerte".
Huyamos pues de la envidia, de la codicia, de la ambición humana que pasa por encima de las personas, aquella malicia que no tiene escrúpulos y se ancla en los pecados capitales, que destruyen al hombre y a la humanidad, debemos buscar incesantemente la sabiduría de arriba, aquella que rompe los esquemas del hombre corrupto, ignorante y malvado, la sabiduría de los hombres es fruto del demonio y de la prepotencia de la criatura con su creador.
Fuera de guerras y disputas, fuera la ambición humana, hagamos caso a la voluntad de Dios, a cual es su deseo de paz y reconciliación y para ello pongamos nuestro corazón y nuestro hacer en lo que agrada a Dios, estemos siempre dispuestos a servir, a darnos, a ser generosos unos con otros y amarnos con sincero corazón. Que el Señor nos enseñe a ser como niños, a ser humildes de espíritu y de corazón, y eso se hace con el servicio y la entrega a los más pequeños y débiles, es decir, al os preferidos de Dios.

Javier Abad Chismol


Primera lectura
Lo condenaremos a muerte ignominiosa
Lectura del libro de la Sabiduría 2, 12. 17-20

Se dijeron los impíos:

«Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones,nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida.

Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él. »

Palabra de Dios.

Salmo responsorial
Sal 53, 3-4. 5. 6 y 8
R. El Señor sostiene mi vida.

Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R..

Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R..

Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R.

Segunda lectura
Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia
Lectura de la carta del apóstol Santiago 3, 16-4, 3

Queridos hermanos:

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.

La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera.

Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia.

¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra.

No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

Palabra de Dios.

Aleluya
2Ts 2, 14

Dios nos llamó por medio del Evangelio,
para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Evangelio
Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos
+ Lectura del santo evangelio según san (Marcos 9, 30-37)

En En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:
En — «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.»
En Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
En Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
En «¿De qué discutíais por el camino?»
En Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
En — «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
En Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
En «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor




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