TIENES UNA INVITACIÓN. NO TENGAS MIEDO (Extracto. Reeditado)

TIENES UNA INVITACIÓN

NO TENGAS MIEDO

     


 

    Tenemos miedo porque queremos hacer del mundo un dios, adaptarlo a lo nuestro. “No temáis”, solo reposamos cuando hayamos la verdad, el miedo es un engaño del maligno para no llegar a Dios. Hay que ser valientes, tirarse al lago del amor de Dios, Él nos recogerá y nos salvará. Nos va  a susurrar al oído la palabra “ánimo, no temas”. Toda opción por Dios no cae en vacío, lo más importante es purificar intenciones, distinguir entre lo que yo quiero y lo que Dios me pide, ¿es compatible? Solo en el silencio de tu habitación, en lo más íntimo de tu ser Dios te revelará su voluntad, no te asustes por lo que sientas, unas veces por lo mucho, otras por poco, lo importante es aprender a ver a Dios en todas nuestras etapas de la vida, y que quede muy claro una vocación nunca es un castigo, es todo lo contrario es un gran regalo. Pero, ¡ojo!, viene envuelto y tendrás que abrirlo con los mismos ojos y la intención de asombro con que lo hace un niño el día de su cumpleaños, hay que dejarse sorprender. 

    La confianza en el proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros, no es tanto cuestionar lo que es o lo que no es, debe haber una actitud de dejarse llevar. Romper las cadenas que nos esclavizan y nos hacen ir en la dirección incorrecta. Dios en su infinito amor nos quiere libres para poder optar, escoger y decidir ante su invitación. Él no pretende fastidiar a sus hijos, al contrario lo que desea es que seamos felices encontrando el sentido de nuestra vida, por lo tanto en la llamada nadie se inmola o se sacrifica, es una entrega generosa de amor.

    No hay que temer la voluntad de Dios, hay que amarla con rectitud de corazón y de intención, acudir al desierto, descubrir su santa voluntad, su oferta de plenitud, una llamada que culmina en la entrega a los demás al estilo de Jesús, de las Bienaventuranzas. Y ¡Ay! de quien la rechace no la escuche o la desprecie… esta construyendo en tierras movedizas, el hombre se destruye cuando se cierra a la trascendencia, a la posibilidad, la única posibilidad de alcanzar la cumbre en nuestra escalada...

    Mi frágil vida se tambalea por la fuerza de las olas, me provoca miedo inseguridad. La vocación es la llamada a comenzar una travesía en la que tenemos muchas inseguridades y temores. Pero no nos debe importar la tempestad, porque sabemos que Jesús está a nuestro lado, Él no nos dejará de lado, el cuando entre en nuestra vida nos parecerá un fantasma que nos producirá miedo y vacilación. Pero las palabras de Jesús son muy claras “No temáis”. Él viene a rescatarnos de nuestra torpeza y de nuestra inseguridad.

 

Javier Abad Chismol 



 


Comentarios

  1. Las palabras de 'no tengáis miedo! en medio de la pandemia, que dijo el Papa, las recuerdo siempre. ¡No tengáis miedo!

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