Viernes del IV Semana de Cuaresma
27 de marzo de 2020
Resignación o aceptación de la condición humana, unos pueden
hablar de pesimismo otros de realismo, y otros quieren convertir la condición
humana en algo que no es, el hombre en su sensatez no se puede engañar, hoy el
libro de la Sabiduría nos da un baño de verdad aunque nos duele: “Corta es y triste nuestra vida; no hay
remedio en la muerte del hombre ni se sabe de nadie que haya vuelto del Hades”.
Y nos habla de que tendamos lazos con el justo, porque la
verdad, la sabiduría se enfrenta con el estilo de vida que propone la sociedad,
un mundo sin Dios, que educa, que propone la Ley al margen de la Ley natural
del hombre, se opone a Dios como si este no fuera más que un montaje ideológico
a abatir. Y así se crea un enfrentamiento del hombre de Dios con el mundo, un
hombre de Dios que muchas veces se ve tentado a pactar con el mundo incluso
renunciando a sus principios, esa es la gran tentación, aliarse con la sabiduría
y poderes de los hombres relativizando a Dios.
Y así aparece el pulso en el mundo entre Dios y las tinieblas
y como estas quieren destruir a Dios y que se proclame de esta manera otra
verdad.
Ya en el Evangelio en este tiempo cuaresmal a las puertas de
la Pasión del Señor ya vemos los poderes del mundo, tanto sociales, como políticos
y religiosos, buscan como entrampar al Señor para eliminarlo, primero
destruyendo su credibilidad y después incluso su propia vida, son las armas del
mundo, la mentira, la calumnia y la violencia.
El poder del momento ya acechaba a Jesús como la fiera a la
presa buscando el momento oportuno para capturarlo, y por eso cuando el Señor
hablaba empezaban a mirarlo como aquel que va a ser destruido, todo se llenaba
de rumores, y Jesús añadió: “Me conocéis
a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que
verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. Yo le
conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado”.
Querían apresarlo pero no había llegado la hora, son los
tiempos de Dios, las circunstancias que nos desbordan, hoy se nos cruza la
verdad y la mentira, el bien y el mal, la eterna tensión que desborda a la
humanidad en la que invocamos con fe que se nos de la gracia de aceptar aun sin
comprender.
Javier Abad Chismol
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