MI CARNE ES VERDADERA COMIDA
La sabiduría se ha edificado una casa, ha tallado siete
columnas y prepara un banquete para sus comensales. Se nos invita a ser sabios,
en estos discursos del pan de vida se nos viene a dejar muy claro lo importante
y lo fundamental que es la Eucaristía.
Muchas veces pensamos que no es vital la Misa, que venir o
no venir no es nada relevante, son muchos los que se consideran católicos, pero
sin ningún tipo de pudor ni de remordimiento faltan muy a menudo a la Misa
dominical, piensan ¿para qué? Lo importante es hacer el bien, lo importante es
creer, pero se olvidan que nada de eso se puede hacer sino tienen el alimento
necesario para el camino, sino no se tiene el viático.
El libro de la Sabiduría es el que nos marca el rumbo para
ser sabios y no necios, el necio es el que juega con Dios, el que le utiliza a
su antojo y se toma la Tradición y la Escritura sin ningún tipo de rigor. San
Pablo nos lo dice muy claro, nos interpela a que nos demos cuenta de lo que
Dios quiere de nosotros, y como todo alumno solo podremos aprender si
escuchamos al Maestro, de otra manera nos creemos que lo sabemos todo.
Nos dice el Señor que corren tiempos malos y es cierto,
malos porque nos alejamos de la verdad, porque rechazamos el pan de vida y
porque nos dejamos llevar por la sabiduría del mundo que es necedad para Dios,
conviene pues que estemos muy atentos a los signos del tiempos y que
descubramos la invitación al banquete, no sea que estemos tan atareados con
nuestras cosas que nos quedemos fuera.
Jesús ofrece su cuerpo y su sangre como bebida para que los
comensales tengan vida eterna.
Javier Abad Chismol
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