SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO C-2016


FIDELIDAD EN LA PRUEBA, NO TENER MIEDO A LA CORRECCIÓN
ENTRAD POR LA PUERTA ESTRECHA


En muchas ocasiones los cristianos tenemos que afrontar la prueba de la fe, de demostrar al mundo en que creemos, en tener la entereza de afirmar públicamente nuestra confianza en el Señor, no podemos olvidar que en muchas ocasiones iremos en contra de los intereses del mundo, y estos, no se quedaran impasibles y querrán acallar la voz de Dios.
No seremos comprendidos ni entendidos, es más, muchos nos desplazaran porque no gustan las palabras ni la ley de Dios, es la incomprensión de un mundo que no quiere dioses ni normas, él mismo quiere ser su propio dios, eso es lo que escuchamos en el profeta Isaías, llamada universal al encuentro Dios por medio de los profetas. Para los creyentes es un reto anunciar la verdad que el mundo no quiere oír, y por eso nos desplazarán, nos acallarán y nos humillarán.

Esa llamada nos lleva a una corrección en nuestra vida, a enderezar lo torcido, a volver al camino marcado por Dios. Toda corrección duele y en muchas veces hasta humilla, pero es necesaria esa fraternidad en el amor que no huye de lo que es bueno, ¿Qué padre no enmienda a su hijo si ve que se va equivocar o se va hacer daño? La corrección es amor, caridad, misericordia, solo aquel que escucha la Palabra del Señor y le ama está preparado para aceptar la corrección como nos dice la carta a los Hebreos, llevar la cruz y luchar contra el pecado. Para ello hay que poder experimentar en nuestras vidas lo que significa la humildad del corazón, que es en definitiva capacidad para cambiar y dejarse hacer por Dios, si no hay reconocimiento de la culpa no puede haber redención ni búsqueda de la perfección que no es otra cosas que la llamada a la santidad.
Cristo ha venido al mundo para purificarlo y renovarlo, es una misión salvadora, pero a su vez, también dramática, hay que esforzarse por entrar por la puerta estrecha, ¿creemos que lo fácil es lo mejor para nosotros? El pecado puede apoderarse de nosotros, pongámonos en sus manos y pidamos su amparo para no separarnos del camino que nos lleva a la salvación, venzamos nuestras comodidades y pongamos nuestro corazón en aquello que es verdaderamente importante.
Javier Abad Chismol

Lecturas del día:
  • Primera lectura
Isaías 66:18-21
18 Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria.
19 Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mések, Ros, Túbal, Yaván; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones.
20 Y traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como oblación a Yahveh - en caballos, carros, literas, mulos y dromaderios - a mi monte santo de Jerusalén - dice Yahveh - como traen los hijos de Israel la oblación en recipiente limpio a la Casa de Yahveh.
21 Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas - dice Yahveh.
  • Salmo responsorial
Salmo 117:1-2
1 ¡Alabad a Yahveh, todas las naciones, celebradle, pueblos todos!
2 Porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de Yahveh dura por siempre.
  • Segunda lectura
Hebreos 12:5-7, 11-13
5 Habéis echado en olvido la exhortación que como a hijos se os dirije: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él.
6 Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge.
7 Sufrís para corrección vuestra. Como a hijos os trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige?
11 Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.
12 Por tanto, levantad las manos caídas y las rodillas entumecidas
13 y enderezad para vuestros pies los caminos tortuosos, para que el cojo no se descoyunte, sino que más bien se cure.
  • Evangelio
Lucas 13:22-30
22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén.
23 Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» El les dijo:
24 «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
25 «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois."
26 Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas";
27 y os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!"
28 «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera.
29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
30 «Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.»


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