AMAR AL SEÑOR CON TODAS TUS FUERZAS



GUARDA EN TU CORAZÓN LAS PALABRAS QUE TE DIGO


Nuestro mundo se está acostumbrando a vivir sin Dios, a prescindir de la fe, de la Iglesia y todo lo que tenga que ver con la divinidad, en definitiva Dios queda relegado a algo antiguo y trasnochado, que no esta de moda, que priva libertad y que no permite el desarrollo de la humanidad.
¡Que gran equivocación! No se puede encontrar nuestro lugar en el mundo cuando se elimina a Dios, cuando no se le respeta, cuando se le ignora, e incluso cuando la soberbia humana provoca su burla o la destrucción de sus signos y símbolos. Amar a Dios es ponerle en el centro de nuestra vida, es decirle Si, a comenzar un camino, un estilo de vida, en definitiva aprender a vivir con sentido y con esperanza, Cristo nos da las respuestas a todo lo que desconocemos, a todo lo que nos desborda, negar a Dios y la transmisión de la fe, es negar en definitiva el sentido plena y la posibilidad a la esperanza, lo que el mundo ofrece es placer rápido, resignación y caer fruto del azar y la casualidad.
Cristo es el verdadero sacerdote, muere por todos, da el verdadero sentido, nos llena de la fuerza necesaria, la Ley de Dios se une a los sacrificios, es decir, a la entrega, que difícil es hablar de solidaridad, de entrega, de gratuidad, en el mundo de los derechos de las exigencias, ¿Quién puede dar sin esperar nada a cambio? Solos los que experimentan la bondad y la generosidad del Señor en sus vidas, del verdadero sacerdocio, que muero por nosotros y entregando la vida nos la da a todos nosotros, su muerte es nuestra vida, su cruz nos lleva a la victoria.
El amor a Dios debe llevarnos a sobrepasar la dimensión de la lógica humana, nos enseñara a amar a los demás, a tener sensibilidad ante los problemas, a tener un corazón mucho más generosos y desprendido, a respetarnos nosotros como verdaderos Hijos de Dios, y todo esto es lo que hace que la humanidad pueda brillar ante los ojos de Dios.
Javier Abad Chismol

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