COMERÁN Y SOBRARÁN
XVII Semana del Tiempo
Ordinario (B-2012)
Un canto a la confianza en el Señor, a no fiarnos solo de
nuestras fuerzas, a fiarse de Dios contra todo pronóstico, ¡Qué fácil es
confiar en Dios cuando todo está en orden y tranquilidad! Pero todos sabemos
que las cosas no siempre nos van bien, nos cuesta creer que en el Señor cuando
lo que nos ocurre no nos gusta o no tenemos seguridad.
El Señor dice a Eliseo, que de comer cuando apenas hay, este
duda pero al final confía, la duda, la confianza y la fe van unidas de la mano.
¿Cómo dar de comer a cien hombres con veinte panes? Obedecer lo ilógico es la
verdadera fe, fiarse y confiar en el Señor.
La fe debe ir unida a las obras de fe y a la actitud
caritativa cristiana de la que nos habla san Pablo en su carta a los Efesios,
reafirmar y encontrar la vocación a la que hemos sido llamados todos, la
vocación que es el amor y la caridad que se desprende de los buenos
comportamientos que debemos ir buscando en nuestra vida; humildad, sencillez,
perseverancia, confianza. Para ello tenemos que unirnos en la paz, para así sabernos
perdonar, porque siempre habrá motivos para el rencor, el odio o la disputa,
invocar al Espíritu Santo para que nos de la Paz verdadera, aquella que no
brota muchas veces del corazón del hombre. Un solo Señor, una sola fe, un solo
bautismo, un solo Dios y Padre, ese es el canto vivo a la unidad que nos lleva
a ser verdaderamente cristianos de corazón.
Al Señor le seguían, unos por curiosidad, otros porque eran
enfermos, otros porque veían algo especial, era una gran muchedumbre, y cuando
les dio lastima, dijo; “dadles de comer”, de nuevo la misma incertidumbre
¿cómo?, había un muchacho con cinco panes y dos peces, hubo para todos y además
sobró, es el milagro de la fe que multiplica y que se reparte. Invoquemos a la
confianza, a la fe y al poder de Dios.
Javier Abad Chismol
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