RECHAZASTEIS AL JUSTO,
AL AUTOR DE LA VIDA
Resuena en nuestros corazones las palabras del Jesús; “Paz a
vosotros”. Esa afirmación nos llena de amor y corrección fraterna, porque son
las palabras de Jesús, el Mesías, aquel que una y otra vez rechazamos, no
escuchamos, le negamos o incluso le traicionamos. Pero Él vuelve a nuestro
encuentro, está a nuestro lado, pasa por nuestras vidas y espera que no le
neguemos de nuevo.
Sobre esos hombres torpes y temblorosos Jesús construye su
Iglesia, pero no les deja solos, les da la fuerza que viene de lo alto, la
fuerza del Espíritu Santo, eso es lo que da el impulso para salir del pecado y
de su ignorancia, ¿Quién puede atentar contra el autor de la vida, contra el
Santo, el Creador? Solo aquel que vive en la ignorancia y se deja arrastrar por
las fuerzas oscuras de las tinieblas, por eso quien niega la verdad ya su vida
es una mentira y por lo tanto un fracaso.
Jesús vino a nosotros para que no pequemos, pero que si lo
hacemos tenemos un abogado, un defensor que estará a nuestro lado para que podemos
vencer la seducción del mal, por eso en la pascua recordamos y actualizamos los
signos de la luz y de la tiniebla, se nos invita a caminar como hijos de la
luz, a no dejarnos arrastrar por el mal, esa fuerza que nos hace perder el
rumbo de lo que está bien o está mal, esa es precisamente la gran victoria del
maligno, crear confusión y pensar que lo que está mal, es correcto. Por este
motivo, tenemos que vivir como hijos de la luz y en una actitud de conversión
continua, para así de este modo reconocer las palabras de Jesús que deben
resonar en nuestros corazones; paz a vosotros, y de esta manera se nos abrirá
la inteligencia para que podamos comprender las Escrituras y cuál es la
plenitud a la que estamos llamados.
Javier Abad Chismol
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